Una polémica norma que divide al Gobierno

La ley de huelga viene sufriendo percances desde que, en 1982, el PSOE la incluyó entre los compromisos de su programa electoral. El último avatar -justamente cuando se cerraba un pacto con los sindicatos que parecía imposible- lo protagonizó el ministro de Economía, Carlos Solchaga. Afirmó -en una entrevista a EL PMS- que ese texto provocaba "alarma" y dudaba que se pudiera mantener en todos sus términos.Esas discrepancias con el texto pactado fueron apoyadas por otros miembros del Gobierno en el Consejo de Ministros, pero de momento no han tenido eco en el grupo parlamentario socialista, promotor y autor del diálogo con los sindicatos.

A su paso por el Congreso las rectificaciones no se han producido. La duda que queda es si en el Senado el texto de la ley sufrirá modificaciones sustanciales que entren en colisión con lo negociado con los sindicatos.

Además de la dirección del PSOE, el ministro de Trabajo, Luis Martínez Noval, es el mayor valedor de lo pactado. Y ayer, en una intervención no prevista, cerró el debate parlamentario contestando afirmaciones de los diputados populares, pura repetición de la "alarma" apuntada por Solchaga.- Martínez Noval dijo textualmente que quería que quedara constancia de algunos extremos y entre ellos que "la alarma social de la que se ha hablado es infundada". Comparó las "catástrofes anunciadas" a raíz de esta ley con las que se vaticinaron cuando se aprobó la ley de control sindical de los contratos, desmentidas por la realidad. También aseguró que el procedimiento de diálogo con UGT y CC 00 ha sido correcto porque el Gobierno, desde el principio, quería un proyecto de ley consensuado lo que, en su opinión, "contribuirá a racionalizar los conflictos".

Pendiente desde 1982

El logro de ese consenso ha sido ciertamente dificil, pese a que en 1982, -antes de incluir la elaboración de una ley de huelga entre los compromisos de su programa electoral-, el PSOE pactó las líneas maestras con la UGT.Once años ha tardado el Gobierno en decidirse a enviar un proyecto al Parlamento y lo hizo justo en uno de los momentos más crispados con los sindicatos, cuando UGT y CC 00 presentaban el preaviso para el paro general del 28 de mayo pasado.

El texto aprobado en el Pleno del Congreso el 25 de junio pasó nuevas peripecias hasta que en diciembre se logró 1 el pacto del PSOE y los sindicatos; fueron precisas ocho prórrogas en el plazo de presentación de enmiendas.