Un niño de cuatro años y su hermana de dos mueren al arder su casa en Barcelona

Los hermanos Ramón y Ana Gomá Lahoz, de cuatro y dos años, respectivamente, murieron asfixiados a última hora de la noche del sábado en Sant Vicens de Castellet, cerca de Manresa (Barcelona), por un incendio en su vivienda. Los niños se encontraban en ese momento en su casa con dos hermanos mayores, Jordi, de nueve años, y José María, de seis, que pudieron salvarse. Sus padres estaban ausentes.

La intervención dé los bomberos evitó que el fuego se extendiese por todo el edificio, una construcción antigua con vigas de madera, en cuyas dos plantas se han habilitado cinco viviendas. Las llamas de una estufa de leña desencadenaron la tragedia al alcanzar varias prendas de ropa que se secaban al lado. El suelo de la vivienda era de plástico y toda ella se encontraba llena de materiales inflamables, según los bomberos, por lo que el fuego se extendió rápidamente y causó gran cantidad de humo y gases tóxicos.Todo fue tan rápido que los vecinos casi no pudieron intervenir. Uno de ellos observó por su ventana llamas en la vivienda de al lado y llamó a los bomberos.

"Ví salir a los dos niños mayores, pobrecitos, estaban desnudos y asustados, y los dos pequeños seguían dentro, gritando, hasta que dejamos de oírlos. Era imposible entrar. Todo estaba ardiendo y el humo era asfixiante", relataba ayer una vecina. "Yo vivo enfrente y oí chillar a los niños', así que salí con mi marido, para ver si podíamos hacer algo, pero era imposible entrar. Salieron los mayores, pero los pequeños seguían gritando y no podíamos entrar; fue horrible", decía otra mujer.

La madre de los pequeños, Marina Lahoz, de 27 años, que en ese momento llegaba a su casa, gritaba a sus hijos desde la escalera, mientras los vecinos la retenían.

Cuando los bomberos llegaron al lugar, ya no se oían las voces de los niños. Entraron en la vivienda desde una ventana del edificio de enfrente, protegidos por máscaras antigás y rescataron los cuerpos de los pequeños.

Una ambulancia los trasladó al hospital de Sant Joan de Déu, en Manresa, pero ambos murieron antes de llegar al centro. Además de asfixia, la niña presentaba quemaduras.