Pierre Boulez, aclamado

Madrid Capital Europea de la Cultura.

Ensemble Intercontemporain. Director: P. Boulez. Solista: Ph. Bryn-Julson, mezzo. Obras de Stravinski, Schönberg y Boulez. Madrid, 1 de octubre. Auditorio Nacional.

La presencia en Madrid de Pierre Boulez y el Ensemble Intercontemporain constituye todo un acontecimiento. Los jóvenes vanguardistas de ayer y sus continuadores de hoy, se dieron cita en el Auditorio Nacional para aclamar a un indudable cabeza de fila de la creación musical en la segunda mitad de siglo. Nacido en 1925, como Berio, Boulez forma con Stockhausen (1928) la cabecera de la generación de 1931.En España la figura del gran músico francés es mejor conocida que otras muchas. En 1958 se dieron en Madrid, antes que en París, las Improvisations sur Mallarme I y II y en el 62, Carla Genius protagonizó Le marteau sans maître, bajo la dirección de Hilmar Schatz.

Aun cuando desde 1966, Boulez dedica buena parte de su tiempo a la dirección orquestal y a partir del 77 se ocupa con pasión y eficacia en la decisiva tarea investigadora del IRCAM, nunca abandonó la composición cuyo total representa, por una parte, la evolución de un pensamiento lúcido derivado de muy diversos puntos de la realidad y la historia y, por otra, se eleva cual ejemplo fascinante de "obra en marcha".

No hay aspecto de la contemporaneidad musical que Boulez haya dejado de abordar y contribuido a inventar y desarrollar, lo que queda claramente apuntado ya en Le marteau sans maître en 1954, para mezzo, flauta, violín, guitarra, vibráfono, xilófono y percusión, basada en tres textos poéticos de René Char que predeterminan la sustancia, la dialéctica y la sonoridad de los nueve números que componen la obra. La perfecta estructuración de todos ellos a través de una serie de derivaciones e interrelaciones, así como el sutil y exacto juego de timbres deciden lo que el mismo Boulez denominó un día su estilo francés: "Conciliación de la claridad y lógica interna de las formas y estructuras con el vuelo de la imaginación, la fantasía y la improvisación". En cierto modo, el fluido y abierto pensamiento bouleziano quedaba enunciado y toda su obra posterior responde a una evolución operada desde la misma materia y precisada. por una profesionalidad de alto vuelo.

Antes, quizá como puntos radicales de referencia, ofreció Boulez el Concertino, Ocho miniaturas, Las nanas del gato y Pribautki, de Stravinski, más la Sinfonía de cámara opus 9, de Schoenberg en la transcripción de Antón Webern. Las canciones y Le marteau contaron con la belleza y perfección de la mezzo Phyllis Bryn-Julson y los instrumentistas del Ensemble hicieron prodigios a lo largo, de toda su actuación para clarificar y explicar todas y cada una de las partituras. La sinfonía o Le marteau tocadas con tan ágil seguridad establecen la comunicación más eficaz entre compositor y público. Una jornada grande que se completa esta tarde.