El líder eslovaco propone a los checos crear una comunidad de dos Estados

Hablar de la ruptura de Checoslovaquia "es prematuro", aseguró ayer el presidente Václav Havel. "La federación está perdida", decía, sin embargo, el conservador checo Václav Klaus, encargado de formar Gobierno, tras seis horas de difíciles conversaciones con el líder secesionista eslovaco, VIadímir Meciar. Éste, por su parte, ya piensa en nuevas fórmulas: nada de federación, por supuesto. La da por muerta, pero sí admitiría, en palabras de Klaus, "una especie de comunidad económica y de defensa".Los líderes políticos de los dos principales partidos del país concluyeron en la madrugada de ayer seis horas de negociaciones en las que, según Klaus, se pus o de manifiesto la existencia de "diferencias sustanciales y profundas" sobre el futuro ordenamiento constitucional checoslovaco. Una brecha insalvable que parece eliminar toda posibilidad de que el país conserve su estructura actual.

Klaus asegura que no ha recibido un mandato popular para aceptar la propuesta de Meciar y se muestra dispuesto a celebrar un referéndum en la parte checa del país si los eslovacos llegan a convocar el suyo. Ambos líderes van a volver a reunirse mañana en Praga para profundizar en sus debates y, según espera Meciar, llegar a un acuerdo sobre la formación del Gobierno federal, que debería presidir la celebración de los referendos en las partes checa y eslovaca del país. Havel también se entrevistará mañana con Meciar, quien le ha declarado la guerra política e insiste en que no piensa aceptar su reelección presidencial por las cámaras el próximo 3 de julio.

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