La relatividad del sistema

O. M. Si el clima favorable a la comunicación que prevalece en La Borde resulta de un constante equilibrio entre sus diferentes aspectos particulares e institucionales, el tratamiento terapéutico de base no difiere, en lo general, del de los otros hospitales psiquiátricos en Francia. También aquí se recurre a los instrumentos clásicos para aliviar el dolor mental y contener la violencia de los enfermos: la quimioterapia y los electrochoques, efectuados bajos anestesia, forman parte del régimen cotidiano de la cura.

"Frente a casos límites -justificará un médico-, una terapia fundada solamente sobre el intercambio de la palabra o la convivencia humana es insuficiente. Es preciso que el enfermo pueda sentir un mínimo indispensable de tranquilidad gracias al efecto positivo que le proporcionan los medicamentos y los electrodos. Sólo en esas condiciones resulta posible un tratamiento específico de su patología, individualmente o integrado en un grupo".

En cuanto al porcentaje de un restablecimiento parcial o definitivo de los pacientes, nadie en el centro se arriesga a dar una cifra concreta. Lo decisivo -insiste una y otra vez el equipo clínico- no es tanto la obsesión en curar o normalizar como la de crear un tipo nuevo de relación entre la enfermedad y su estabilización progresiva, consiguiendo para el enfermo un grado de rehabilitación psicológica y social efectiva. Orientada por esa finalidad, La Borde opera simultánea y prácticamente en tres direcciones: la ergoterapia, el psicoanálisis aplicado radiante consultas frecuentes y la utilización de todo el arsenal químico disponible por la neurología y la actual medicina. Para ingresar en La Borde es necesaria la solicitud expresa del paciente, avalada y tramitada por un médico del exterior, y su admisión se efectúa según los criterios de la dirección. El precio de la estancia en la clínica es de 10.000 pesetas diarias, cantidad que en un 70% es reembolsada por la Seguridad Social.