¿Cavaco monárquico?

En la primera cumbre Iberoamericana -México, julio de 1991- Portugal provocó la incertidumbre. Hasta horas antes de que empezara, no quedó claro que el presidente de la República, el socialista Mario Soares, y el primer ministro, el liberal Cavaco Silva, acudiesen a la cita.En Madrid, que acoge la segunda cumbre en julio, va a repetirse el suspense. Cuando se le pregunta si él y su presidente asistirán a la reunión Cavaco contesta con ambigüedad calculada: "Espero que sí". Y a renglón seguido insiste en que España, país anfitrión, "debe tener cuidado con preservar ciertos equilibrios".

Es probable que a Cavaco no le haga ilusión participar en una iniciativa que sirve ante todo a la política exterior española pero, aunque no lo dice abiertamente, su principal problema para confirmar su presencia es que desea garantías de que no quedará relegado por Soares, desde un punto de vista protocolario.

"En España", afirma, "es diferente porque hay un Rey con más poderes constitucionales que el presidente de la República ( ... )" ¿Se ha hecho monárquico el jefe de Gobierno de un Portugal con tradición republicana? "El primer ministro no puede pronunciarse sobre esta materia", replica. primera vez con González en Guimaraes, las cumbres entre jefes de Gobierno han dado un impulso decisivo, incluso histórico, a la relación. Consulte un periódico de hace unos pocos años. Estaba repleto de titulares sobre conflictos pesqueros, del medio ambiente, etcétera. Después se habló aquí de la invasión económica española a través de las inversiones. Es un lenguaje desfasado que he intentado corregir. González y yo hemos conseguido en seis años destruir todas las barreras psicológicas. La gente de mi generación se relaciona sin complejos con España. Hoy, y créame que no es retórica, los portugueses consideran a los españoles como hermanos. En España se tenía también una imagen algo deformada de Portugal.