2.000 documentos nunca expuestos recogen en una muestra la historia del teatro madrileño

La bula del Papa Urbano VIII que legitima la cofradía de cómicos de Madrid como el primer gremio de actores de la historia o los figurines que Alexandre Bosnai creó para Nijinski en 1920, adquiridos por el Teatro Real con motivo de su gira española en ese año, son algunos de los más de 2.000 documentos, nunca exhibidos, de que se compone la exposición Cuatro siglos de teatro en Madrid. La muestra se reparte en cuatro centros: el museo Municipal acoge la historia del gremio de actores, de las corralas y de los teatros madrileños hasta 1940; el Teatro Español y el María Guerrero exponen los figurines de escenógrafos nacionales de este siglo y el teatro Albéniz homenajea al director José Tamayo.

La exposición, abierta hasta el 30 de junio, comenzó el pasado 13 de mayo, pero la falta de personal en el museo municipal, donde se encuentra la mayoría de las 2.000 piezas de la muestra, obligó a abrir las dependencias de la institución sólo por las mañanas, según reconocieron ayer los responsables del consorcio organizador del Madrid capital cultural. Sin embargo, Carmen Pliego, directora del museo, aseguró que desde ayer, día oficial de la inauguración de la muestra, el museo respetará también los horarios vespertinos. El 80% de los documentos de la muestra, procedentes del Museo Nacional del Teatro de Almagro, nunca se habían mostrado, ya que hasta hace unos meses no se habían catalogado y se encontraban "guardados en cajas en los depósitos del museo", según palabras del director del mismo y comisario de la exposición madrileña, Andrés Peláez. La exposición ha contado con un presupuesto de 60 millones de pesetas.

Los libros, cartas, dibujos, composiciones escénicas y hasta documentos funerarios recoYen, por ejemplo, que trasladar os restos mortales de Lope de Vega al cementerio costó ocho reales. También se muestran los bocetos originales para la escenografía de Don Juan Tenorio de José Zorrilla cuando se estrenó en el teatro Cruz en 1848 o el figurín, también original, que dibujó Dalí para esta misma obra, representada en el María Guerrero en 1969.