De Klerk pide el sí a sus enemigos en el referéndum surafricano

El presidente surafricano, Frederik W. de Klerk, acudió ayer a tierra enemiga para dar un último empujón a su campaña por el sí en el referéndum que el martes va a decidir si las reformas surafricanas siguen adelante. De Klerk consiguió en el este de Transvaal pocos adeptos que añadir a los que ya están convencidos de la necesidad del cambio en la ultraconservadora provincia, en la que el Partido Conservador (KP) y otras fuerzas racistas tiene notable implantación."¿Por qué son tan caros los caramelos?", le preguntó a media mañana a De Klerk una niña del colegio de preescolar Tinkitonki, en Evander, a unos 130 kilómetros al este de Johanesburgo, una zona agrícola y minera donde el voto está claramente inclinado a favor del no. De Klerk relacionó la tan importante crisis para la pequeña rubita con las sanciones económicas impuestas al país. Habló de la necesidad que tiene Suráfrica de seguir adelante con la reforma para que mejore la economía y los caramelos sean más asequibles.

La escala de Evander fue una de las cinco que ayer por la mañana realizó De Klerk en el área de mayoría afrikáner, que tiene buenos oídos para las acusaciones del KP de que De Klerk está rindiéndose a las exigencias de los negros. Un cartel propagandístico de la oposición muestra a un Nelson Mandela erguido y a un De Klerk arrodillado a sus pies en actitud implorante.

Una joven local estima que la relación 80%-20% a favor del KP en el área en las elecciones legislativas se reducirá hasta un 60%-40% en el referéndum, porque hay votantes conservadores a quienes aterran las consecuencias del no, en especial la augurada insurrección negra.

Confianza

De Klerk daba ayer la impresión de estar confiado, aunque un estrecho colaborador suyo dijo que era una impresión falsa, "porque con el Partido Conservador no hay que bajar la guardia". El presidente dijo estar seguro de la victoria, pero no quiso comprometerse con cifras.En el mitin que cerró la etapa matutina de su campaña, ante unas 400 personas, De Klerk usó el tono racional de quien sabe que no hace sino ofrecer la única alternativa posible, la que desean el mundo y las multinacionales, dijo. "Una victoria holgada dará ímpetu al proceso negociador, ofrecerá el compromiso de los blancos para traer un orden constitucional justo para todos y que no haya discrimínación por raza o credo".

El KP alega que la reforma en que está embarcado De Klerk equivale a forzar el suicidio económico, cultural y religioso de la minoría afrikáner ante una mayoría negra, aliada con los comunistas. "La Constitución contará con unos principios básicos que harán de la ideología comunista una anomalía", tiene que repetir una y otra vez De Klerk.

[Al menos tres personas murieron ayer en la ciudad de Alexandra, al norte de la capital, cuando seguidores del partido zulú Inkata se enfrentaron a la policía, informa Efe.]