Los rebeldes de Níger vuelven a los cuarteles

La capital de Níger, Niamey, recuperó ayer la calma, violentada en los dos días precedentes por sendos motines militares. Los soldados volvieron ayer a sus cuarteles, después de que el primer ministro, Amadu Cheiffu, se comprometiera de madrugada a satisfacer sus principales exigencias: pagar los sueldos que se les adeudan desde diciembre y poner en Iibertad a un capitán acusado de una matanza de tuaregs.Los soldados se amotina ron el jueves y volvieron a sus cuarteles después de que se les garantizara que iban a cobrar. En su levantamiento liberaron al capitán Maliki Bouraima, a quien se volvió a enviar a la cárcel en cuanto se produjo la primera retirada. Eso no gustó a los alzados, que optaron por ocupar el edificio de la radiotelevisión para forzar la libertad del capitán, arrestado en octubre bajo la acusación de haber dirigido una matanza de los nómadas tuaregs en 1990.

El compromiso de Cheiffu de satisfacer todas las demandas desactivó la crisis en un ejército de 4.500 hombres que, al igual que los funcionarios civiles, no cobra desde díciembre por falta de liquidez en las arcas estatales.

Los soldados también exigían la prometida recompensa a los 480 hombres que participaron en el guerra del Golfo y material adecuado para combatir a los tuaregs que luchan por la autonomía en el norte del país. El pequeño Ejército de este país de África occidental está bien entrenado, pero adolece de oficiales y cuenta con material inapropiado para hacer frente a una guerrilla del desierto, según el dictamen de diplomáticos occidentales.