América Latina ofrece acoger inmigrados del Este a cambio de ayuda económica de la CE

Los Gobiernos de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay se han dirigido oficialmente a la CE para ofrecerse como receptores de inmigrados del Este a cambio de ayuda comunitaria. Venezuela, informalmente, ha hecho saber que estaría dispuesta a acoger 50.000 inmigrados. La ayuda que solicitan a la Comunidad es de entre cuatro y cinco millones de pesetas por persona (entre 40.000 y 50.000 dólares), similar a la que da Estados Unidos para el asentamiento en Israel de judíos de la diáspora.

"Estamos estudiando la oferta y preparando un proyecto piloto que nos puede servir de experiencia sobre el coste y los mecanismos necesarios para enfrentarnos a este problema a mayor escala dentro de la Comunidad", manifestó ayer en Bruselas el comisario Abel Matutes, responsable de las relaciones con los países de América Latina. Matutes dejó entrever que el trasvase de inmigrados de países del Este a América Latina se podría hacer con residentes ilegales en los países comunitarios.El primer contingente puede ser absorbido por Argentina, y las modalidades de cooperación comunitaria serán debatidas con ocasión de la visita oficial a Bruselas del presidente Carlos Menem, el próximo 14 de febrero. Lo primero que tiene que conseguir la Comisión es que los Doce aprueben un presupuesto para este programa. El hecho de entablar negociaciones con los países latinoamericanos significa que la CE, en principio, acepta que la inmigración del Este es su problema.

"Intentaremos rebajar un poco la compensación que nos piden", precisó un miembro del gabinete de Matutes. Los países latinoamericanos exigen en paralelo la mejora de la cooperación comercial con la Comunidad. Venezuela pide las mismas ventajas comerciales concedidas a los miembros del Grupo Andino, y los países del Cono Sur, mejor penetración para sus exportaciones de carne y cereales.

"Estos países latinoamericanos son conscientes de que pueden seguir siendo la válvula de escape de la emigración europea, papel que han desempeñado desde finales del siglo XIX", afirmó un alto funcionario comunitario. El perfil del inmigrado que solicitan Argentina y los demás países latinoamericanos es el de cuadros medios y técnicos, porque "tienen abundancia de licenciados superiores, pero un gran vacío en personal cualificado".

Algunos países, como Uruguay, han expresado sus preferencias geográficas en el sentido de que no les importaría aumentar la actual colonia en Montevideo de originarios de las repúblicas bálticas, dada la buena experiencia de integración. Polacos, checos y húngaros son bien vistos como inmigrados. En la oferta de asentamientos se incluye la concesión de tierras para colonos agrarios.

700.000 por año

La Comisión Europea ha visto en la salida americana una buena solución parcial para los problemas que va a plantear la avalancha del Este. Los cálculos más moderados son que unos 700.000 originarios de países del Este y de las repúblicas soviéticas entrarán en los países de la CE cada año. Hasta el momento, salvo en Alemania, la presión no es muy evidente porque se trata en gran medida de una emigración estacional, protagonizada esencialmente por polacos. La crisis económica incrementará esas cifras, de ahí la urgencia de movilizar ayuda occidental a la antigua Unión Soviética. En el caso de un estallido bélico en algunas de las repúblicas de la antigua URSS, las hipótesis más alarmistas prevén un desplazamiento de población de entre 20 y 80 millones de seres, según la magnitud del conflicto.

En los 12 países de la CE residen 8,2 millones de inmigrantes legales procedentes de países no comunitarios, y, según cálculos aproximados, unos tres millones de ilegales. A pesar de las políticas restrictivas que la mayoría de los Doce adoptaron a principios de los setenta, la cifra de inmigrados ha continuado creciendo a raíz de 400.000 extranjeros por año. El Este es un fenómeno nuevo que se añade a la explosión demográfica de Egipto y los países del Magreb.