Cassinello intenta que el alza de precios en Sevilla no reduzca la cifra de visitas a la Expo

"Habrá acomodo a todos los precios. Nadie debe dejar de ver la Expo por razones de coste". Emilio Cassinello, comisario general de la muestra, fue así de rotundo ayer para evitar que el aumento de precios que se avecina sobre Sevilla se traduzca en un descenso de público durante la Exposición, una de las preocupaciones del Gobierno y los responsables de la Expo. Cassinello, en una multitudinaria comparecencia ante los informadores, avanzó los últimos datos de la muestra e hizo un elogio al entusiasmo de los sevillanos para que contribuyan a que el evento sea un éxito.Cassinello insistió en que en un radio de hasta una hora y media de viaje en coche en torno a Sevilla (lo que incluye capitales como Córdoba, Huelva o Cádiz) se pueden encontrar hasta 100.000 camas o alojamientos convencionales (en hoteles, hostales y similares) y otras 300.000 no convencionales (casas particulares, principalmente), lo que cubriría sobradamente las necesidades de los visitantes de la muestra -una previsión de 300.000 diarios- Frente a estas cifras, la subida de las "770 plazas en hoteles de lujo de cinco estrellas" de Sevilla es insignificante estadísticamente, reiteró.
Preocupación del Gobierno
El aumento de precios en la capital andaluza al calor de la Exposición Universal y que ello redunde en una merma de visitantes es una de las primeras preocupaciones del Gobierno y de los responsables de la muestra, tal como recientemente comentó en Sevilla el ministro de Relaciones con las Cortes, Virgillo Zapatero.Entre los próximos meses de abril y octubre, una habitación doble en un hotel sevillano de una estrella costará diariamente lo mismo (9.000 pesetas) que una habitación similar en un establecimiento de cuatro estrellas en la Costa del Sol. Una habitación doble en un céntrico hotel de Sevilla ya anuncia en su tablero de precios que las 26.000 pesetas diarias de estas fechas se transformarán en 46.000 a partir del próximo 1 de abril y hasta el 31 de octubre.
Directivos de la Expo comentan en privado que debe intentarse un cambio en la mentalidad del público, de forma que no todos los visitantes de la muestra pretendan alojarse "a pie de exposición".
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