Una base para el consenso

Fue un combate absolutamente desigual: Enrique Costas Lombardía, economista y vicepresidente de la comisión Abril, se había estrellado contra la lógica de un discurso hecho desde dentro por un médico, Juan Luis Ruiz Jiménez, de la Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública. Y la sensibilidad del millar de médicos y gestores presentes en la Escuela Andaluza de Salud Pública de Granada vibraba más con el médico que con el economista. Pero Costas guardaba una carta en la manga: "¿Pero vamos a ver", preguntó, "con cuántas de las 64 recomendaciones del informe Abril están ustedes de acuerdo. Porque creo que son 48". "Bueno, sí, creo que son más de 40", respondió Ruíz Jiménez.Los puntos en que la FDSP está de acuerdo, una base para el consenso y pueden agruparse en los siguientes apartados:

1. Medidas destinadas a mejorar la gestión y asegurar la eficacia del sistema sanitario público. Este punto abarca el mayor número de proposiciones e incluye las de organización territorial, control de la calidad asistencial y mejora de determinados servicios.

2. Mayor autonomía de la gestión de los centros, que incluye la reforma de las sociedades públicas y nueve propuestas sobre personal, que defienden un nuevo modelo de carrera profesional; introducir incentivos en el sistema y sustituir la rigidez del actual estatuto funcionarial por otro más flexible.

3. Formación continuada y especializada del personal, que incluye la defensa del actual sistema de MIR.

4. Mejora de los mecanismos de información económicos y sanitarios.

5. Medidas de salud pública con objetivos que permitan establecer prioridades. Los descuerdos afectan a una veintena de proposiciones, que podrían agruparse así:

1 Ausencia de análisis sanitario y de objetivos de salud. El informe olvida la estrategia de Salud Para Todos en el año 2.000 de la OMS.

2. Planteamiento excesivamente hospitalario. Marginación y ausencia de propuestas sobre atención primaria.

3. Aumento de la financiación privada y una limitación de las prestaciones del Sistema Nacional de Salud, lo cual aumenta la desigualdad.

4. Introducción del mercado sanitario. En este punto se incluyen importantes desacuerdos sobre el papel que debe jugar el sector privado.

5. Ausencia de participación suficiente por parte de los profesionales y los usuarios.