Intelectuales mediterráneos debaten sobre las heridas del Golfo

La guerra del Golfo ha desgarrado a los pueblos del Mediterráneo como ningún otro conflicto en los últimos cinco siglos. Los países de la ribera septentrional han visto reavivarse sus temores ancestrales al mundo árabe y musulmán; los de la ribera meridional se han sentido tratados de modo humillante e injusto. ¿La paz norteamericana es el único modo de evitar que el Mediterráneo se convierta en un frente de guerra? Invitados por la emisora France-Culture y los diarios Libération y EL PAÍS, una veintena de intelectuales intenta encontrar en Montpellier respuestas a esa pregunta.Jean-Marie Borzeix, director de France-Culture, adelanta las dificultades de la tarea que abordan esta semana, entre otros, el libanés Amín Maaluf, el argelino Slimán Zeghidur, los franceses Sami Naír, Alain Finkielkraut y Bruno Etienne, y los españoles Gabriel Martínez Gros y Manuel Azcárate.

En los jardines de Petrarca de Montpellier se escuchará "el gusto mediterráneo por la retórica y todo lo que implica de brillantez, vehemencia y generosidad, y también de imprecisión", dice Borzeix.

El año 1492, el de la toma de Granada, el descubrimiento de América y la expulsión de los judíos de España, será estudiado en la primera jornada del coloquio como el que marca el desplazamiento del centro de gravedad político y económico del mundo desde el Mediterráneo al Altántico. Cinco siglos después, los países mediterráneos son los campeones mundiales de la industria turística, pero sus culturas se ven ahogadas por el bombardeo de unos productos audiovisuales de los que el culebrón norteamericano Dallas es la caricatura emblemática.