Entre la comedia y el sainete

Ya lo confesó el propio Ventura Pons en la presentación de la película: lo suyo es hacer reír al respetable, a pesar de las miserias del mundo y a ello se aplica con su quinto largometraje comercial: una comedia de enredos, construida alrededor de un trío femenino protagonista cuyos delirios dan pie, en realidad, a un filme coral, insolente y vivo, un cruce actualizado y nada inocente entre la comedia alocada norteamericana de los años treinta y una tradición salnetera de honda raigambre popular.El principal mérito de Pons -y de su guionista Joan Barbero-, y acaso el único de esta película en exceso desigual, es proponer como heroínas a un trío desenfadado de jóvenes casaderas reflejo en sí mismas de la pluralidad de la vida en una gran ciudad como Barcelona.

De Pons cabría esperar que, como cualquier director de comedia que se precie, dedicase sus máximos esfuerzos a cuidar y extraer lo mejor de sí de un elenco de actores / actrices que, al menos por su trayectoria teatral, resultan impecables. Lo cierto es que el trabajo de Pons deja mucho que desear, y de su debilidad surgen, como plaga de langosta, los males que aquejan a un filme que no merece su destino final.