Y las pilas, ¿dónde depositarias?

La práctica totalidad de las pilas eléctricas de uso doméstico contienen materiales peligrosos, tanto para la salud como para el medio ambiente. Los más graves, el cadmio y el mercurio. Y un dato demoledor: una sola pila alcalina que alcance las aguas subterráneas de nuestra comunidad es capaz de contaminar un volumen de agua potable superior al consumido por un madrileño en el transcurso de su vida...Hasta la fecha, el usuario de pilas ha venido depositándolas, una vez agotada su carga, simplemente en el cubo de la basura. Mezcladas con el resto de los desechos domésticos, de ahí continuarán su camino hasta el vertedero, aquí comenzarán a producir una serie de reacciones químicas incontroladas que durarán más de 50 años, y su carga de mercurio se irá desprendiendo y filtrándose en el subsuelo: la contaminación de las aguas subterráneas resultará por completo inevitable.

Si, por otra parte, las pilas son incineradas sin separar del resto de las basuras, entonces los que se dispararán serán los índices de polución atmosférica, junto con el peligro de lluvia ácida, debido en este caso tanto al cadmio como al mercurio.

Cuando el mercurio alcanza a las aguas subterráneas o superficiales, antes o después acaba circulando por los ríos y por éstos llega al mar, afectando especialmente a los peces. En el mar, los mariscos en general, merluzas, meros, sardinas, pero sobre todo atunes serán los más afectados por esta contaminación.

Curiosamente, la asimilación de mercurio no resulta directamente tóxica para los peces ya que el metal pesado venenoso se mantiene simplemente fijado a sus tejidos. Sin embargo, cuando estos mismos peces pasan a ser consumidos por el hombre el mercurio se libera de esta fijación y recupera toda su toxicidad. Dicho mercurio se acumula sobre todo en la médula ósea y en el cerebro y daña el sistema nervioso central, en un proceso que los médicos definen como a medio y largo plazo.

Auténtico despilfarro

Por otra parte, según confirma la Federación de Amigos de la Tierra (FAT), "desde un punto de vista económico, las pilas son un auténtico despilfarro". La corriente generada por una pila resulta 450 veces más cara que a través de la red eléctrica, ya que "si un kilovatio/hora vía red cuesta unas 15 pesetas, la misma cantidad de energía vía pilas gira en unas 5.000 pesetas".

Por otra parte, la CE prohibirá en sus Estados miembros la comercialización de pilas alcalinas con un contenido de mercurio superior al 0,025% a partir de enero del 1998.