Llega el 'hombre bueno'

John Major está considerado como una buena persona y un hombre amable por todos los estamentos del Partido Conservador británico, opinión que también existe fuera de la familia tory. "Parte del éxito de John Major como ministro de Hacienda es que a todos les parecía como su propio banquero", dice un experto en imagen.

Major era un soberbio desconocido hasta el verano de 1989, y su acceso desde entonces a las principales carteras del Gobierno no ha servido para hacerle muy conocido ante el electorado, que hasta hace dos días se preguntaba quién era.

La grisura era la principal característica del ya primer ministro, que en los últimos meses se ha hecho con un colaborador que desparrama algún que otro chiste en sus discursos, serios y sobrios. Quienes viven de cambiar la imagen de los otros ven en Major, no sin razón, un torrente de posibilidades. Los Major celebraron anoche una fiesta para conmemorar el acontecimiento y derrochaban campechanía, aunque a Norma le parecía venir todo demasiado excesivo. Los observadores de la jungla política británica creen que la bonhomía de Major tendrá que degenerar y desaparecer si él quiere sobrevivir políticamente.