Solución óptima
El objetivo de la estrategia occidental en la crisis del Golfo no puede ser otro que la desarticulación de la máquina de guerra iraquí y el derrocamiento de su actual dirección política, puesto que la sola existencia de los mismos es una amenaza para la estabilidad económica del mundo entero y,. por tanto, para su seguridad. La solución óptima sería alcanzar ese fin mediante la neutralización del dictador gracias a una operación interna con apoyo exterior y el establecimiento de un Gobierno razonable que redujese las Fuerzas Armadas, desmantelase las instalaciones y armas químicas y se comprometiera a la no proliferación nuclear. Ésta es, de hecho, la única alternativa posible a la confrontación bélica.La tesis de la negociación, que tantos partidarios parece tener, presenta, a mi juicio, serios inconvenientes. Primero, no cabe negociar, sino exigir el restablecimiento de la situación previa al 2 de agosto. Segundo, que, de conseguirse eso, la amenaza permanece latente: unas Fuerzas Armadas de un millón de hombres, dotadas de armas químicas que un liderazgo criminal no ha dudado en utilizar, y, sobre todo, una amenaza que en dos, tres o cinco años será de carácter nuclear. Ello hace que aplazar el conflicto pueda ser hacerlo más mortífero y aconseja que la máquina militar iraquí sea destruida antes de que sea tarde, pues con el tiempo todo embargo sufre quiebras provocadas por el prevalecimiento de los intereses económicos en juego.
Hoy ya es imposible desalojar militarmente a Irak de Kuwait pese a la superioridad naval y aérea. de EE UU. La solidaridad europea debe traducirse en el envío de fuerzas de tierra a la región, en el convencimiento de que su propia seguridad está amenazada y de que aquellos que entre sacrificar la paz por el derecho o el derecho por la paz optan por esto último, como hicieron las democracias en los años treinta, al final pierden también la paz-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Asesinado a balazos un exinspector de la Fiscalía de Sinaloa en Culiacán
“Hemos ido de lo peor a lo mejor”: Trump exagera los logros de su primer año en un discurso a la nación
La Cámara de Representantes rechaza dos propuestas para impedir a Trump lanzar un ataque unilateral contra Venezuela
Los campesinos amagan con revivir las protestas en México por los precios de las cosechas
Lo más visto
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano
- Elon Musk, más cerca de ser el primer hombre en alcanzar una fortuna de un billón de dólares
- Víctor Manuel, músico: “El capital tiene que rectificar, nunca pensé que fueran a ser tan voraces”




























































