El valor sereno de Joselito

Si la nota dominante de Joselito el viernes fue la armonía, el sábado fue el valor sereno ante el quinto toro. Era éste incierto, y Joselito se cruzó con él, le puso la muleta allí donde el toro podía embestir y aguantó, impertérrito, los parones del cornúpeta. Todo ello sin alharacas, sin despeinarse. La emoción del riesgo conjuntado con el arte.En su primero, que de salida embestía regateando, y no paró de escarbar, nadie apostaba por una actuación lucida, sino de aliño. Se dobló Joselito con él, y lo sacó a los medios. Parecía otro toro, pues consiguió desengañarlo. Los naturales, con mando, tuvieron menos temple, aunque gran mérito.

Ortega Cano, tuvo una actuación más bien gris. Su primero llegó muy aplomado a la muleta, pero el torero no se centró con él. Con mayor entrega pudo sacarle más.

El cuarto se volvía con rapidez, y había que encontrarle la distancia y mandarlo lejos. Estuvo Ortega más entonado, pero le dio muchos muletazos carentes de mando.

Litri parece atravesar un bache, que ojalá supere cuanto antes. En su primero no se quedó quieto ni con el capote ni con la muleta. Anduvo muy dubitativo en los pocos muletazos que le dio.

En el sexto, probón, tampoco aguantó en la primera serie con la derecha. Sí se quedó quieto en la dos siguientes, pero envarado. En los naturales, siempre con la ayuda, también le tropezó reiterada mente la muleta. Dio un molinete de rodillas a la velocidad del rayo y en ambos toros se echó fuera al entrar a matar.