12.000 nacionalistas celebraron divididos el Día de la Patria Gallega

El príncipe de Asturias, que por segundo año realizó ayer en nombre del Rey la ofrenda en la catedral de Santiago de Compostela, pidió al Apóstol que interceda "por España y sus comunidades". En su respuesta, el arzobispo Antonio Rouco aseguró que las raíces cristianas de España siguen vivas, pero lamentó 'las incoherencias" del "comportamiento moral y social de los que se definen como católicos". Unos 12.000 nacionalistas celebraron el Día de la Patria Gallega con tres manifestaciones distintas.

Pocos minutos después de que terminaran los actos protocolarios en la catedral, los primeros manifestantes nacionalistas comenzaron a celebrar el Día da Patria Galega con tres concentraciones diferentes en las que participaron alrededor de 12.000 personas.La marcha convocada por el Bloque Nacionalista Galego, que cuenta con cinco representantes en el Parlamento autónomo, fue la más numerosa, con unos 10.000 participantes, y a ella se sumó por primera vez el Partido Nacionalista Galego-Partido Galeguista. En la marcha organizada por grupos radicales minoritarios, varios encapuchados quemaron una bandera española.

La Xunta se unió este año a la celebración con una recepción en los jardines del Gobierno autónomo y un mensaje de su presidente, Manuel Fraga, en el que llamó a los gallegos a superar las pequeñas divisiones para afrontar "las grandes empresas del momento".

El Príncipe entró en la catedral después de pasar revista a las tropas que le rindieron honores en la plaza del Obradoiro. Felipe de Borbón, recordó al leer la ofrenda su encuentro con el Papa en la montaña de Covadonga: "Fue privilegiada ocasión de orar con Juan Pablo II y de escuchar de sus labios orientación para mi vida de joven creyente y estímulo para cumplir con las responsabilidades que Dios y nuestro pueblo me encomiendan", dijo.

El arzobispo de Santiago, Antonio Rouco, agradeció al Príncipe sus palabras y aseguró que "las raíces cristianas de nuestra personalidad siguen vivas". "La práctica totalidad de los padres de familia bautizan a sus hijos ( ... ), solicitan para ellos en un elevadísimo tanto por ciento la enseñanza religiosa, los acercan a la primera comunión y a la confirmación", argumentó. "Los jóvenes, en su inmensa mayoría, contraen matrimonio cristiano y a la hora de la muerte se recibe sepultura en el marco de la liturgia católica", dijo. No obstante, admitió "las incoherencias entre los usos y costumbres religiosas ( ... ) y el comportamiento moral y social de los que se definen como católicos".