La democracia chilena homenajea y recupera a Neruda

Una exposición que organizó en Santiago de Chile el partido comunista chileno dio término el pasado sábado a los actos celebrados para conmemorar el 86 aniversario del nacimiento del fallecido poeta chileno Pablo Neruda, premio Nobel de Literatura en 1971. Con esta serie de actos la nueva democracia chilena ha podido reparar en parte la deuda que dejó el régimen militar de Pinochet con Neruda, y hoy todos reconocen el vigor expresivo y el talento creativo de un hombre que dijo de sí mismo ser "poeta por maldición y tonto de capirote".El recuerdo del 12 de julio de 1904 -cuando en Parral, "un polvoso pueblo blanco y lejano", nació Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoaldo, hijo de una profesora y un obrero ferroviario- duró casi dos semanas, por todos los homenajes clandestinos y la represión que hubo contra su memoria bajo el régimen militar. Pablo Neruda, que adoptó ese nombre cuanto tenía 16 años, al firmar su poema Hombre, ha vuelto a estar entre todos los chilenos, de los que es un patrimonio cultural común.

El espíritu de reividicación fue el sentido que presidió a muchos de los actos celebrados en desagravio al poeta. "Pablo Neruda regresa a la Biblioteca Nacional después de 16 años de oficial ostracismo. Su retorno es también un símbolo de la nueva época que Chile comienza a vivir", sostuvo en una ceremonia el presidente de la Fundación Pablo Neruda y actual ministro de Agricultura, Juan Agustín Figueroa.

Sergio Villalobos, director de la Biblioteca Nacional e historiador, dijo que abrían las puertas y ventanas de su institución a la primavera del intelecto y la democracia que existe hoy en Chile", al inaugurar una exposición sobre el poeta. En el Senado, al cual Neruda perteneció, todos los partidos le rindieron un homenaje unánime. Crisantemos, rosas y claveles han cubierto durante estos días la tumba de Pablo Nerudá y de su mujer, Matilde Urrutia, en el cementerio general de Santiago.

Para los poetas chilenos, Neruda es una cumbre ineludible, de la cual se puede renegar o admirar, pero no ignorar. "Pese a su influencia, Neruda no dejó una escuela o discípulos", sostuvo Jaime Quezada, presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH) y poeta.

Numerosas conferencias en diversas provincias, actos culturales masivos en las universidades y la decisión de bautizar calles en varias ciudades con el nombre de Pablo Neruda marcaron la conmemoración.