La central se desmantelará en cinco años

Mientras Claudio Aranzadi anunciaba las medidas que va adoptar su ministerio para desmantelar Vandellós 1, en l'Ametlla de Mar, población más importante de la comarca cercana a la nuclear, sonaban las campanas y la banda de música municipal recorría las calles. Ajeno a ello, el ministro refería los pasos uno a uno. La primera medida será la sustitución de los 450 megawatios de potencia por otros producidos en una central -o centrales- ya existentes.Después de eso, y previo informe del CSN, se deberá dejar sin efecto el permiso de explotación definitivo y fijará las normas básicas del proceso de desmantelamiento y clausura de Vandellós 1. Esto significa la cancelación del permiso de operación a potencia de la central. Posteriormente, se exige la presentación en el plazo de tres meses de un plan de retirada del combustible de la central y de un conjunto de medidas que es necesario aplicar mientras esté en parada y mienntras exista combustible.

En ese sentido, la siguiente medida a tomar es la exigencia de presentar toda la información necesaria a la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) para que ésta pueda elaborar el plan de desmantelamiento. Enresa pasará después del desmantelamiento a ser el explotador de la central. Por último, el ministerio aprobará una orden ministerial para la autorización de un plan de mantenimiento, que se prolongará cinco años.

Durante el periodo que permanezca en activo, la central enviará el combustible a la central de procesamiento de Marcoule, en Francia, regida por la empresa Cogema. Enresa cuenta para ello con el precedente de la central francesa de Chinon, similar a la de Vandellós 1, que cerrará en junio. Ya en abril cerró la central de Saint Laurent 1 y para antes de 1992 se clausurarán las de Saint Laurent 2 y Bogey, que son las únicas que quedan en Francia de grafitogas, sisterria idéntico al de Vandellós 1.