Berlusconi, dispuesto a dejar 'La Repubblica' para no perder la televisión privada

Silvio Berlusconi, presidente de la editorial Mondadori, ha admitido por vez primera la posibilidad de renunciar al diario La Repubblica para no perder el derecho a mantener sus tres canales de televisión privada. Más aún, ha confesado que se verá obligado a vender también el diario Il Giornale, de Indro Montanelli, afirmando que no le queda más remedio que aceptar las nuevas leyes en discusión en el Parlamento contra las concentraciones editoriales.

Berlusconi ha dicho que no le queda más remedio que actuar ,ante las decisiones tomadas por el Senado sobre la ley antitrust. Y esto, por desgracia, vale también para el diario II Giornale". Carlo de Benedetti, frente a la resignación de Berlusconi, no ha querido agravar las cosas y el martes pasado, en la asamblea extraordinaria de Mondadori, cuya mayoría controla, decidió, con un golpe de escena, aplazar durante 60 días la decisión anunciada de aumentar el capital de 8.000 a 40.000 millones de pesetas. Según anunció, se limitará a hacer un aumento de capital sólo de 8 a 18.000 millones con emisión de acciones, todas ordinarias a mil liras para todas las categorías de títulos. Berlusconi y los suyos han comentado el gesto de De Benedetti como una acción de sabiduría, añadiendo que el aumento de capital que el grupo de Benedetti había prospectado era tercermundista.La Prensa calificó ayer de paz inevitable las negociaciones ya en curso entre los dos gallos de Mondadori, al entender que una victoria total hubiese si posible para ambos y que habrían acabado desangrándose y debilitando a la importante empresa editorial si continuaba la guerra judicial y de nervios.

Mal humor

Sin embargo, Berlusconi no esconde su mal humor. Habla de lobbys dentro del Parlamento que se han vengado de su conquista de Mondadori para legislar en su contra. Y mientras acepta la ley dispuesta para ser aprobada por el Parlamento, el magnate se rebela a la corrección hecha en el Senado, con el voto favorable de la izquierda democristiana y de los comunistas, que prohibe la interrupción de las películas por publicidad.Berlusconi dice que eso significa la ruina de las televisiones privadas. Afirma que su empresa tiene en el almacén 6.000 películas que quedarían anuladas. "Es como si el Parlamento obligase a la FIAT a quemar seis millones de motores", opina. Reconoce que si esta corección fuera aprobada también en el parlamento, supondría para su empresa una pérdida neta de 200.000 millones de pesetas.