La larga noche continúa

La zozobra que exhibieron los socialistas en la noche electoral, en la que se resistían a creer que podían haber perdido la mayoría absoluta, fue el preludio de lo que iba a pasar después, cuando a nueve días de la constitución de las Cámaras que abran paso a la cuarta legislatura no hay certeza de que tengan o no la mayoría absoluta. El presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, pareció ser el único que intuyó que este proceso iba a ser largo, ajuzgar por las declaraciones que hizo pasados 30 minutos de la medianoche del día electoral en el hotel madrileño en el que el PSOE celebró su fiesta.Relajado y sonriente, se dirigió a, unos centenares de militantes y les dijo que lo mismo daba "173, 174 o 175 diputados", ya que los socialistas se veían abocados a gobernar por tercera vez. Felipe González exhibió esta prudencia a pesar de que dirigentes de su partido que tenía alrededor, y con los que había despachado minutos antes en unas dependencias del hotel, le aseguraron que "prácticamente" el escaño 176 estaba conseguido. Hasta las cuatro de la madrugada no vino la confirmación provisional del Ministerio del Interior de que el escaño 176 correspondía a los socialistas.

Antes de esa hora los dirigentes del PSOE Eduardo Martín Toval y Txiki Benegas tuvieron que tomar aire antes de comunicar a los medios de comunicación cómo iba el recuento. Por primera vez los datos propios del PSOE eran desfavorables en relación con los que iba aportando el Ministerio del Interior, lo que callaron tanto Martín Tova¡ como Benegas.

El primero se limitó a calificar de buenos para su partido los resultados de los sondeos de los medios de comunicación, y el segundo calificó de '1riunfY para su partido los " 174" escaños que otorgaban los datos provisionales ele Interior. Posteriormente, dirigentes socialistas revelaron que cuando Benegas apareció ante los medios de comunicación los datos del partido daban 168 diputados. Después vinieron las impugnaciones de unos y de otros, y en los últimos días el conflicto ha quedado centrado en Murcia, donde continuará mcluso después de constituidas las Cámaras y nombrado el nuevo Gobierno.