Toreo con ritmo de Raúl Zorita

Expresión de taurinos es: "Quiso, estuvo allí", para significar la entrega del maestro. Y en Tolosa, el que quiso fue Zorita, capaz de torear con decoro, cadencia y buen ritmo, sobre todo a su primero, pastueño y dócil de embestida por el pitón derecho.

Manzanares quiso menos, casi nada, estuvo menos cariñoso con su profesión. Cierto que su primero, bronco y alto de agujas, estaba hecho a contraestilo de cualquier torero, y aunque en el segundo de su lote se entregó más con el capote, su faena de muleta se desvaneció sin imponerse al toro por falta de reposo.

Atorado parece estar Ortega Cano, que sin acoplarse en su primero, con muchos pasos y pase a pase, no logró ligazón en un quehacer desigual y encimista, y se las vio y deseó para matar a su segundo, apuntando con la espada muchas veces al chaleco, y a la novena, bajonazo.

Para no ser menos, Zorita al último también lo liquidó casi a la novena. Aunque el torero mantuvo buen ánimo con un toro insulso y que embestía al paso. Zorita aquí puso más terreno de por medio, hizo un túnel entre toro y torero, y Zorita, que apunta condiciones, no debe dejarse hacer el túnel de los taurinos, torear sin cobrar. Y en Tolosa parece que se lo han hecho.

Cogida de Richard Millian

Richard Millian sufrió una cogida de pronóstico menos grave en el primer toro de la corrida celebrada ayer en Barcelona. La cornada es de cinco centímetros, en Ja axila derecha, y desgarra el músculo pectoral.

En este festejo se lidiaron toros franceses de Huber Yonnet, con trapío, astifinos, duros y encastados, informa Ángel Cebrián. Millian, pese a estar herido, estoqueó al primero, y tuvo silencio. Alvaro Amores, silencio, silencio y vuelta al ruedo, respectivamente, en los tres toros que lidió. Rafael de la Viña, silencio en su lote.