Lección mozartiana de Ros Marbá

La visita de la Orquesta de Cámara de Holanda, dirigida por Ros Marbá, para interpretar música de Mozart dentro del festival organizado por la revista Scherzo, constituye el gran regalo del mes de junio. Regalo conveniente y hasta necesario, pues siempre será buena una "cura de Mozart", lo mismo que nuestros abuelos tonificaban su salud con las célebres "curas de Vichy".La frecuencia de Mozart pone muchas cosas a punto en nuestro espíritu musical tan castigado por excesos de todo género, sin olvidar los de los divos y virtuosos.

Antoni Ros Marbá es sólo un gran músico y desdeña, por principio, cualquier práctica divista. Seguir su aventura frente al dificilísimo Mozart resulta una experiencia de valor incalculable.

La maravillosa Serenata en re mayor dedicada en 1776 por Mozart al alcalde Salzburgo, Sigmund Haffner, con ocasión del matrimonio de su hija Elisabeth, es casi una ópera sin voces. A lo largo de ocho movimientos aparecen resumidas formas y estilos muy diversos procedentes del sinfonismo, la música de cámara, la suite, el concierto con solista (admirable la intervención del violín concertino), los aires de danza, las expresiones galantes y las dramáticas.

Sólo por el entendimiento y comunicación de la Serenata en re merecería Ros Marbá el calificativo de maestro.