"Li Peng, carnicero"

, Indignación, sorpresa y temor ante el futuro incierto que ha dejado tras sí la sangrienta represión de los manifestantes chinos en la plaza de Tiananmen son los sentimientos que marcaron la protesta que los residentes chinos celebraron ayer ante la Embajada de Pekín en Madrid. El acto, en el que participaron unos 140 expatriados, fue convocado por la Asociación de Estudiantes de Taiwan. Pero a ellos se unieron, como "un solo pueblo", chinos originarios de Hong Kong, Macao y la República Popular China.

Los manifestantes decepcionaron a los transeúntes madrileños, que esperaban que los expatriados hicieran muestra en las calles madrileñas que rodean la representación diplomática china de la exuberancia numérica propia de su pueblo. "Calculamos que en España vivimos unos 10.000 chinos, si juntamos a los que proceden de la República Popular China, Taiwan, Hong Kong y Macao [las dos últimas son en la actualidad colonias británica y portuguesa, respectivamente], esparcidos por todo el territorio", explica Luisa Shu Ying, universitaria procedente de la isla de Formosa y que llegó hace nueve meses a España para profundizar sus estudios sobre filología hispánica. Ella dirige la asociación de estudiantes de Taiwan en España -en total, unos 177-, que ha convocado el acto.

"Las distintas comunidades de chinos de ultramar no estamos demasiado bien coordinados, los mejor organizados somos los de Taiwan", afirma para explicar la mayoría de isleños en la concentración. "Pero la gravedad y el horror que nos inspiran a todos los últimos acontecimientos nos han empujado aquí a reunirnos como un único pueblo que somos, a pesar de las divisiones que marcan algunas fronteras", añade. Como a la mayor parte de sus colegas taiwaneses, a Luisa le preocupa el hecho de que los últimos acontecimientos alejen las posibilidades de la reunificación de su país.

En total respondieron a la convocatoria unas 140 personas, la mayor parte de ellas originarias de Taiwan, que desfilaron ordenadamente, cargados de pancartas en chino y en castellano en las que se leían condenas del tipo: "Li Peng, carnicero", "No matéis a más chinos", "Fuera de la tierra, animal Li".