Tranquila espera de un mal IPC

El equilibrio de la sesión de ayer muestra la conjunción de dos tendencias contrapuestas en los mercados de valores. De un lado, están las realizaciones de beneficios impuestas por las circunstancias de un entorno económico lleno de tensiones -esta mañana se publica el IPC de abril-, y del otro, un dinero abundante y ocioso que ha conseguido darle al mercado un fondo de firmeza. Las realizaciones de beneficios encuentran en ese dinero un elemento disuasorio, pero a pesar de ello los rumores sobre un IPC en torno al 0,4% han convencido a muchos inversores de lo acertado de proceder a una toma de beneficios, aunque sólo sea parcial. Esto explica tanto la flexión a la baja de unos cuantos valores punteros, como la rápida entrada de dinero aprovechando unos precios más atractivos. La influencia de los mercados internacionales apenas se ha dejado sentir en las bolsas españolas.Los grupos industriales han acusado con más fuerza que el resto la retirada de los inversores, afectando esta actuación también al recién incorporado Repsol, que sufrió su segundo recorte ante la toma de beneficios de multitud de pequeños inversores. A última hora varió la tendencia y el dinero comenzaba a imponerse para este valor, con un marcado contraste entre el tamaño de las órdenes compradoras y el de las vendedoras. Esta situación vale también para un pequeño grupo de valores, pero para el conjunto del mercado se imponía la presencia de un papel no demasiado activo, lo que llevó a un cierre un tanto apagado.