Condena de seis años para el soldado que mató a una mujer cuando estaba de guardia

El soldado Francisco Javier Suárez Martínez, que mató accidentalmente de un disparo a María. Gabarrón el 16 de abril de 1987 ha sido condenado a seis años de prisión por la Audiencia Provincial de Madrid.Suárez, de 22 años, se encontraba haciendo guardia en una garita del cuartel de Infantería de Marina de Madrid cuando, según su testimonio, se le escapó un tiro. El proyectil alcanzó a María Gabarrón, de 50 años, que se encontraba paseando en compañía de su marido y su hija por la avenida. de San Luis.

La sentencia, hecha pública ayer, considera a Javier Suárez Martínez culpable de un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte y le condena a seis años de prisión, frente a los 12 años Y un día que pedía el fiscal.

La resolución judicial fija también tina indemnización de 12 millones de pesetas que habrán de ser abonadas a los herederos de la víctima. Esta cantidad será probablemente desembolsada por el Estado, ya que el condenado es insolvente.

La detención de Francisco Javier Suárez se produjo 10 días después del disparo que acabó con la vida de María Gabarrón. Suárez se fue de vacaciones a su tierra natal, Gijón, y confesó que había sido el autor del disparo cuando regresó al cuartel. Puso así fin a más de una semana de investigaciones que no acababan de determinar el misterioso origen del proyectil.

Jurisdicción ordinaria

El soldado estuvo ingresado en la prisión militar de Alcalá de Henares hasta que el Tribunal Supremo decidió que su caso pa sara a la jurisdicción ordinaria pese a que el Ejército insistía en que se trataba de un caso de "¡mprudencia militar".El juicio se celebró la semana pasada. Francisco Javier Suárez Martínez reconoció que el dispa ro accidental se produjo cuando estaba simulando prácticas de tiro y apuntando a un semáforo en plena calle. El soldado afirmó que no tenía intención de disparar.

Según la declaración del coro nel José Manuel Estévez, res ponsable del cuartel de Infante ría de Marina, los centinelas tenían órdenes de no montar el cargador.