La nominación de Tower

¿Está cualificado John Tower para ser secretario de Defensa, desde el punto de vista político y de su experiencia? Sí. En calidad de miembro de larga data del Comité de Servicios Armados, y presidente de dicho comité de 1981 a 1984, tiene amplios conocimientos.¿No tiene derecho el presidente a nombrarlo? En principio, claro que sí. Los nombramientos de su propio Gabinete son distintos de las designaciones vitalicias al Tribunal Supremo.

Sin una prueba clara de indiscreción, ¿no es ofensivamente puritano y partidista, por parte de los demócratas del Senado, votar en contra de Tower? No necesariamente.Justifican el vino y las mujeres el hecho de que se inventen justificaciones después de la elección de Bush? Quizá. En las audiencias se ha levantado un torbellino de acusaciones contra la vida privada de Tower. El problema del alcoholismo, aunque no descalifica, pesa en contra de la idoneidad de Tower para servir como segundo de Bush en la cadena de mando militar.¿Estará dando demasiadas vueltas Tower en la puerta giratoria que hay entre la vida empresarial y el Gobierno? Sí. Después de tantos años de escándalos en torno a los contratos del Pentágono, el próximo secretario de Defensa no tiene que estar maniatado por conflictos de intereses, sean reales o supuestos.En vez de obligar al Senado a votar, Tower haría mejor servicio al presidente retirándose.

1 de marzo