Pasión por un quite en Salamanca

Fue en el sexto, cuando Mora, invitó a Paula a que hiciese su quite. El gitano tardó en hacerlo, el toro no se arrancaba y Mora se impacientó, porque parecía que el hombre estaba deseando agarrarse a la muleta. Paula, al fin, en los medios, dejó tres verónicas y media y, entonces, a Mora se le quitaron las prisas muleteriles y se fue al toro para darle dos verónicas y media. Las opiniones, entonces, se dividieron. Salió perdiendo Paula, que parece especialista en inspirar a los más desaforados espectadores.La corrida de Jandilla, bonachona, floja, sin emoción. El tiempo, ventoso. Y Paula, dubitativo, con intención de hacer cosas, pero faltándole esa pizca de decisión en el último momento. Dos verónicas en su primero por el lado izquierdo. Un derechazo y dos muletazos por bajo. Estocada corta. En el otro perdió los papeles y dos muletazos de buen corte se convirtieron en un mar de dudas y en un verdadero mitin con la espada: ocho pinchazos abajo y tres descabellos.

Ortega Cano se reconcilió con la plaza, toreando suave suave a toros blandos blandos. Se le avisó en su primero por una faena muy larga y excesiva. Estocada. En el otro mató de estoconazo. La faena, del mismo corte.

Mora, a quien su estética le va a costar muchos dolores de huesos, apuntó el buen toreo, poco aceptado todavía. Los toros no le prestaron emoción (ni a él ni a nadie) y habrá que verle con una corrida de toros (como a todos, claro). Corta delantera en el primero y estocada atravesada en el sexto y "algún" descabello.

La pasión por un quite. En el medio de ella, Paula. Evidente.