La policía cree que el robo de los Miró fue encargado por un coleccionista

El robo perpetrado el pasado martes en la Fundación Joan Miró, en Barcelona, podría haber sido realizado por encargo de un coleccionista privado, presumiblemente norteamericano o japonés, y ejecutado por delincuentes comunes contratados por un experto en este tipo de operaciones, según coincidieron ayer en señalar fuentes policiales y personas vinculadas al comercio del arte.

Aunque las características de las obras sustraídas refuerzan, en principio, esta hipótesis, las fuentes informantes no descartan otras posibilidades, ya que, al parecer, la identidad de los autores del robo continúa siendo una "incógnita para la policía. A primera hora de la tarde de ayer, los agentes encargados del caso aún no disponían de ninguna pista segura sobre el paradero de las seis obras desaparecidas y continuaban trabajando "en todos los frentes", según fuentes próximas a la investigación.

La policía no quiso precisar ayer si las diligencias preliminares realizadas en las horas siguientes al robo, aportaron algún dato significativo que pueda conducir al esclarecimiento del caso.

En medios artísticos y policiales, la hipótesis más aceptada atribuye el robo a un encargo realizado por un coleccionista privado, presumiblemente norteamericano o japonés, deseoso de disponer de una serie de obras que no podría obtener de otra forma.

Es imposible, por tratarse de obras catalogadas, que los seis cuadros sustraídos el martes de la Fundación Joan Miró sean vendidos a través de circuitos comerciales más o menos especializados y, por el mismo motivo, es muy difícil que estén destinados al mercado negro. "Lo lógico es que las obras de Miró tuvieran un destinatario antes de salir de la fundación", señalaron las fuentes. Según esta hipótesis, el robo habría sido planeado por un experto en arte e instalaciones museísticas y ejecutado por delincuentes comunes.