Seres falibles

Al cabo de media docena de cartas al director, ninguna de ellas publicada, he sacado la conclu-Pasa a la página siguiente

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sión de que no suelen ser insertadas aquellas que demuestran que los colaboradores o periodistas de plantilla de EL PAÍS son tan falibles como el resto de los seres humanos. Encuentro, por ejemplo, en el número del 6 de marzo, en el Diario de una noche, de Rafael Alberti, la siguiente frase: "Las 12.15. Ahora, en el Amazonas -las cuatro de la madrugada en Brasil-...", etcétera. Ignoro cuáles son las conflictivas relaciones de Alberti con los husos horarios, pero es evidente que si en Madrid son las 12.15 de la noche, en Brasil son las 8.15 de la tarde, y no las cuatro de la madrugada. Sin ir más lejos, como añadiría el imperturbable locutor de Les Luthiers-