"Glasnost" y nacionalidades

Aumentan las manifestaciones nacionalistas en la Unión Soviética. Desde los tumultos de Alma Ata hasta las concentraciones en Armenia, está claro que la cuestión de las nacionalidades vuelve a un primer plano en la vida política de la URSS. Gorbachov anunció la semana pasada un plenario del comité central para tratar el tema.Los orígenes de las manifestaciones son diversos. Pero en todos los casos se encuentran por lo menos dos puntos comunes: la existencia de tensiones étnicas y la puesta en duda del orden heredado de Stalin, en el que las repúblicas no disponen de autonmías. Esstos problemas no son nuevos, y el poder soviético los ha tratado siempre con medios represivos. La nueva situación no permite ya el uso de esos métodos. El principio de glasnost alenta la expresión de sentimientos largamente olvidados.

Para el jefe del Kremlin, el dilema es preocupante: o cierra la puerta a reivindicaciones que ponen en duda el principio de internacionalismo proletario que rige en la URSS -pero ¿quién creerá entonces en la sinceridad de sus proyectos?- o acepta un diálogo que no podría concluir sin concesiones y que pondría en cuestión el orden establecido. Sería crear precedentes y abrir una caja de Pandora que no se cerraría tan pronto. Los adversarios de Gorbachov demostrarían que la nueva mentalidad genera desorden. Y esto, al Norte como al Sur, en las puertas del Imperio.

, 25 de febrero