Un Colomo cojo

El caballero del dragón, la película estrella de hoy, que no la mejor, es la producción más cara del cine español -casi 300 millones de pesetas- y una irónica salida de su realizador, Fernando Colomo, de la comedia costumbrista a la que nos tenía acostumbrados. Su delirium tremens propone una fantasía donde se dan la mano leyendas medievales, cuentos de extraterrestres caídos casualmente por ahí -Miguel Bosé, como antes lo fuera David Bowie en The man who fell to Earth, es el bello alienígena de marras- y efectos especiales de altura, rodados en Londres. Pese a las buenas intenciones, este juguete sobre un posible san Jorge psicodélico cojea notablemente; tiene una buena factura técnica, lujoso reparto internacional e intermitentes destellos de humor, pero la mezcla desvanece el conjunto, a la postre insuficiente y vacío.Sabían lo que querían, la mejor película de hoy, que no la estrella, es un inédito melodrama de Garson Kanin -excelente guionista, autor, con a la sazón su mujer, Ruth Gordon, de algunos de los mejores textos para George Cukor- sobre un matrimonio casado después de haber mantenido una larga relación por correspondencia, que verá naufragar su vida a causa de la aparición de un nuevo hombre. Charles Laughton y Carole Lombard -en uno de sus últimos papeles- llevan a cabo interpretaciones prodigiosas y harán las delicias de los aficionados.

Por lo que hace a Juegos de sociedad, se trata de una banal comedia de José Luis Merino, interpretada por Summers. De madrugada, intrigas internacionales en La máscara de acero, un ágil filme de acción y espionaje que servirá de homenaje al gran actor, Trevor Howard.