Los jóvenes músicos españoles

Alternando con muy grandes conjuntos internacionales, el ciclo Ibermúsica/Tabacalera presentó el sábado a la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), tantas veces elog;iada desde aquí como proyecto y como realización. Su maestro titular, Edmon Colomer, puso en atril el premio de composición de la JONDE 1986, esto es, Música extremada, del madrileño Mauricio Sotelo, compositor de la última generación que ha trabajado en Viena con Frederick Friedrick Cerha y con Haubestock-R,,unati, lo que se acusa en el talante atmosférico de su obra: insinuante en lo sonoro, poética en la calibración de timbres y planos, matizada en todos los aspectos, especialmente en los colorísticos y en los dinámicos, es, sin duda, una página voluntariamente estática, como si el autor quisiera otorgar una cierta significación al espacio antes que al discurrir temporal. La versión, clara y cuiada, fue bien recibida por el público, y Sotelo saludó en unión del director y la orquesta.Otro punto de especial interés: la actuación del clarinetista valenciano Joan Enric Lluna, recientemente galardonado con el primer premio en el Concurso Internacional de Belgrado, que lució altas y muy refinadas calidades sonoras y expresivas en el ,Concierto en la mayor, de Mozart. ,luna se anuncia como un seguro gran continuador de una tradición clarinetística española, que cuenta, desde su ' base, con nombres como los de Broca, Romero, Miguel Yuste, Menéndez y Paras. El éxito fue total y en él participaron con justicia los jóvenes músicos de la orquesta y su director.

El programa se cerró con una bien tocada y un poco pesantemente planteada Quinta sinfonía de Chaikovski, que sirvió, eso sí, para mostrar la buena forma de i JONDE, cuyo mérito en la preparación es quizá el mayor éxito de Edmon Colomer.