El golpista 'Gringo' Honasan, detenido por el Ejército filipino

El coronel Gregorio Gringo Honasan, que encabezó el golpe de Estado del 28 de agosto pasado, fue detenido ayer en un suburbio de Manila, junto con otros ocho oficiales, en una operación lanzada por el Ejército filipino en la que participaron unos 50 soldados. Honasan era el fugitivo más buscado de todo el archipiélago.

"Estoy sumamente contenta", declaró la presidenta Corazón Aquino al confirmar la detención del militar. La sangrienta intentona golpista de Honasan costó la vida a 53 personas, en ella hubo 300 heridos. "La captura [de Honasan] debe asegurar a todos los filipinos amantes de la paz que nuestro país se encamina hacia mejores tiempos", señaló Aquino en un mensaje televisado a la nación.Puentes militares indicaron que el fugitivo no se resistió y que su detención se realizó sin necesidad de disparar un solo tiro. Testigos presenciales señalan que Honasan se dirigió en una motocicleta de gran potencia a la casa de un alto consejero del ex ministro de Defensa y dirigente opositor Juan Ponce Enrile, situada en el barrio de -Valle Verde, en las afueras de Manila. Honasan es un gran amigo de Enrile y fue su jefe de seguridad personal durante el tiempo que éste estuvo al frente del Ministerio de Defensa, en tiempos del dictador Ferdinand Marcos y al principio de la presidencia de Corazón Aquino.

Numerosos soldados fuertemente armados sitiaron la casa e instaron a los militares rebeldes a salir. Según la radio gubernamental, Honasan salió vestido con traje de faena y, sonriente, saludó y dió la mano al coronel que dirigía la operación de captura. Sin abandonar su sonrisa y rascándose la cabeza, el fugitivo fue presentado al resto de sus captores.

La detención de Honasan se produce después de meses de rumores de nuevos golpes, de inestabilidad política y de que el golpista haya aparecido numerosas veces en televisión y concedido diversas entrevistas en las que criticaba a la Administración de Aquino sin que los servicios de seguridad fueran capaces de encontrar al fugitivo. El Gobierno había ofrecido una recompensa de 12.000 dólares (1.320.000 pesetas) a quién facilitara su paradero. La suma equivale al salario que un soldado recibe en 10 años, pero ninguno parecía dispuesto a delatarle.

La captura coincide con la víspera de la cumbre en Manila de los países miembros de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN). Una campaña de bombas y terror se ha desatado en la capital filipina para poner en entredicho la seguridad del país con vistas a la cumbre. Sin embargo, Honasan escribió la semana pasada a Aquino y se comprometió a no actuar durante dicha cumbre, al tiempo que se manifestaba dispuesto a entregarse si la presidenta relajaba su eventual condena.