Superioridad

A la hora de una rápida valoración, el III Festival de Música Contemporánea presenta un primer dato: su superioridad en todos los aspectos sobre los dos primeros. Principalmente, el nivel de las versiones ha resultado muy alto, con capítulos como el de Bour y la Orquesta Holandesa y Mason con la London Sinfonietta, sin olvidar a Luca Pfaff o al Cuarteto Arcana, de Madrid, que estrenó los cuartetos de Ángel Oliver y Ramón Barce. Otro estreno español, defendido por Pfaff y el Ensamble Alternance, que ha despertado alto interés y positiva acogida: Petit ensamble bleu, de Jacobo Durán-Lóriga.La presencia de los maestros alcanzó una cumbre en Chain I, de Lutoslawski, en tanto el conjunto de metales, con María José Sánchez, bajo la dirección de Luis Aguirre, estrenó In memoriam G. C., del ferrolano Xoan Viaños (1960), y Phonos, del murciano Moreno Buendía, así como en Oregón, de Claude Lefèvre (Calais, 1931), y Diaphonías, del aragonés José Peris (Maella, Zaragoza, 1924).

Se advirtió un afán de atender distintos aspectos y estéticas de la creación contemporánea, desde la ligada a la tradición hasta la más experimentalista. Todo funcionó en buen orden y hay que anotar el crecimiento del prestigio internacional de esta mostra, acusado por la presencia de autores, críticos y musicólogos españoles y extranjeros en gran número.