La nacionalización peruana

Ante la gran difusión periodística que acaba de tener en España el anuncio de la nacionalización de los bancos, empresas financieras y compañías de seguros en Perú, los suscritos, ciudadanos peruanos residentes en este país, se sienten en la obligación de expresar lo siguiente:1. Dicha medida se sitúa dentro de un contexto de transformación social en democracia que Perú necesita para hacer posible el advenimiento de una nueva sociedad en la que la libertad no esté desligada de la justicia social. Entender que la nacionalización de la banca abre indefectiblemente las vías al autoritarismo no es más que una falsa o deformada percepción del fenómeno, que, traducida en movilización o agitación política, no hace sino confundir a la ciudadanía peruana y dañar las expectativas de futuro a que ésta tiene derecho.

2. Nos parece saludable para la democracia peruana que haya surgido una corriente de oposición ante la que, si de veras tiene un noble espíritu cívico y constructor, cabe esperar un aporte importante de ideas para perfeccionar la aplicación de esta medida, toda vez que ésta tiende, en último término, a fortalecer la capacidad soberana de la nación.

Por ello consideramos que adelantar juicios catastrofistas a sembrar el pesimismo en la Prensa y en la ciudadanía, sin haber conocido los resultados de Ia aplicación de esta experiencia no es propio de la elevada millón que una oposición constructiva está llamada a jugar en una democracia en vías de perfeccionamiento y, consolidación como la peruana, que además está acosada por riesgos y desafíos de distintos órdenes.

3. Que con motivo de la anunciada aplicación de esta reforma económica, respaldada por las dos fuerzas políticas mayoritarias de Perú (ambas representan casi el 80% del electorado), se ha trazado la errónea dicotomía de democracia-libertad frente a nacionalización-autoritarismo. Pero ¿por qué no hablar mejor de democracia con reformas sociales y democracia con justicia social, sin menoscabo, por supuesto, de la libertad? ¿Por qué sólo hablar de la libertad y no de ese otro valor fundamental, la igualdad, sin la cual la primera es una fórmula vacía e inauténtica?

4. Rechazamos y denunciamos la campaña de confusión que los opositores y su vocero están realizando en la opinión pública, so pretexto de articular un movimiento cívico sin pretensiones políticas, pues los valores e intereses que defienden a ultranza son, a nuestro juicio, de significación, consecuencias eminentemente políticas: la libertad de Prensa y la vigencia de la propiedad como valor absoluto e intocable.

5. Por último, se ha creado una falsa atmósfera de amenazas a las libertades en Perú, y particularmente de amenaza a la libertad de expresión. Pero nada de esto consideramos que objetivamente está en el horizonte próximo de nuestro país. Nos parece que, en vez de distraer la atención de la opinión pública y de manipular tendenciosamente a un sector de la población bajo la disyuntiva de democracia o autoritarismo, la actitud correcta de los; dirigentes del país y de sus hombres pensantes sería ponerse a debatir la eficacia económica, el perfil técnico y la significación social de la medida adoptada, contribuyendo a que ésta y otras que deberían adoptarse en adelante, para llenar de contenido social y económico la democracia política, sean siempre promovidas en el marco del respeto a la ley y, principalmente, a los derechos humanos de la mayoría de la nación.- Doctor

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