Imperativo

La noticia, aparecida en EL PAÍS del pasado día 23, relativa a que un diputado socialista por León pone su cargo a disposición de la UGT, "después de ser objeto de numerosas críticas por parte de algunos compañeros del sindicato", pone de manifiesto, una vez más, la continua transgresión de la prohibición del mandato imperativo (artículo 67.2 de la Constitución).Como dice Norberto Bobbio, "jamás ninguna norma constitucional ha sido más violada por la prohibición de mandato imperativo. Jamás principio alguno ha sido más descuidado que el de la representación política".

La actuación del diputado Nicolás Redondo en la pasada legislatura, cuando votó respecto a la ley de pensiones como delegado de UGT y no como representante de los intereses generales; la existencia de diputados en el Parlamento que son, a la vez, presidentes de colegios profesionales y representan los intereses de estos grupos, y la propia existencia de la disciplina de partido, nos lleva a hacernos la pregunta que se hace Bobbio en El futuro de la democracia: ¿podrá encontrar jamás realización una tal norma, un tal principio?-