Tomás Baviera da confusas lecciones técnicas
Tomás Baviera, de 40 años, ingeniero agrónomo y copropietario de Aceites Valencia, presentó ayer un aspecto inusual como acusado en el juicio de la colza: se sentó en la silla donde había de ser sometido a interrogatorio con un amplio portafolio, carpetas, libros y documentos. Esto le permitió responder con abundancia de datos, citas y con tecnicismos que, de entre todos los presentes, sólo podía comprender el químico asesor del tribunal.
Tomás Baviera, para quien el fiscal pide más de 300 años, afirmó, como había hecho su hermano Agustín el día anterior, que la policía le conminó a asegurar en su primera declaración -julio de 1981- que habían mezclado la colza procedente de Enric Salomó con otros aceites de semillas. "La policía se empeñaba en que tenía que haber sido sin etiqueta como ocurrió aquí en Madrid".Tanto Tomás como Agustín Baviera declararon por separado que el aceite quemado vendido por Enric Salomó "lo mezclaron con otros aceites de girasol, cártamo y oliva", "comercializándose parte del mismo en bidones y garrafas sin etiquetar". El aceite, según sus declaraciones, fue comercializado en la región levantina, extremo que ahora niegan.
El acusado aportó al sumario documentos sobre análisis y actas de incautación del aceite de los que ya disponía en 1981 y que no había mostrado hasta ahora, lo que motivó la protesta de varios acusadores.
En la sesión de ayer, matinal, Tomás Baviera impartió una clase de química que casi nadie entendió. El fiscal le había preguntado:
-¿Cómo explica usted que en la marca Yumi aparezcan numerosísimos boletines de análisis repartidos por toda España, desde Almansa a Valladolid, como que contiene colza y anilinas?
Y el aceitero dijo:
-Le voy a leer un libro técnico que tengo aquí, el Martinegui. Está en italiano, tendrán que perdonarme un momento para ir traduciendo.
A continuación, reprodujo unos párrafos repletos de palabras incomprensibles para el común de los presentes, lo que hizo que el presidente del tribunal, José Antonio Jiménez Alfaro, le interrumpiera:
-Por favor, un momento. Si usted conoce el contenido, sería mejor que lo explicara usted.
Y el acusado prosiguió su lección, ya sin citar directamente el libro. Pero véase lo confuso de su respuesta:
-Dentro de la composición de los aceites, existen los triglicéridos, que son la mayor parte, el 99% al 97%. Otra parte la constituyen las sustancias insaponificables. Entonces hay unos esterificados allí, que son de alcohol, compuestos alcohólicos, que constituyen las ceras, esteroles, alcoholes superiores. Y después está otra parte que corresponden los fosfátidos. Otra parte de los fosfátidos se pueden subdividir en glicerofosfátidos y esfingolípidos ( ... ). Entonces, resulta que como ésta es una técnica de la anilina que no estaba bien depurada, porque normalmente cualquier técnica de análisis que se introduce nueva la practica el Instituto de la Grasa durante un año, normalmente, al cabo de un año que ellos ya han depurado ese sistema de análisis, ocurre otro año, en el cual diversos laboratorios colaboradores del Instituto de la Grasa continúan depurando la técnica, la gente se va mentalizando, y al tercer año es cuando se ponen en funcionamiento. Entonces, este libro está editado en el año 1963. En aquella fecha ya se sabía que existía, y por eso hubo ciertos errores en los análisis.
-Usted cree que los análisis de julio, agosto y septiembre de 1981 pueden ser inexactos por desconocimiento...
-Hasta bastante tiempo. Poner una norma nueva tarda tres años. Al principio pudieron haber confusiones en ese punto.
El fiscal, aparentemente confuso como el resto de los presentes, fue citando análisis que mostraron la presencia de anilinas en el aceite de Baviera; y el interrogado cuenta que otros análisis dieron resultados correctos, porque no obtuvieron respuesta. "Y cuando no dan respuesta es que está bien, por silencio administrativo". "Entonces", bromea el fiscal hablando consigo mismo, "usted entiende que aquí ha habido un silencio analítico-administrativo..."
Poco después concluía la sesión. Tal vez la explicación vulgar de estas cuestiones llegue en la jornada de hoy.
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