Competiciones europeas

ENVIADO ESPECIAL El Real Madrid vuelve hoy (20.00 horas) a su Copa de Europa tras cinco años de obligado paréntesis por no haber ganado la Liga española. Sus jugadores afrontan este retorno como un "auténtico reto, en palabras de Santillana, que añade: "Es el gran título que falta en mi carrera fútbolística". El Young Boys, campeón suizo, es el primer, y presuntamente cómodo, rival, aunque Leo Beenhakker, el técnico madridista, asegura: "Hay que intentar sentenciar hoy mismo la eliminatoria. Es absurdo crearnos problemas y seguir confiando sólo en los milagros del Bernabéu".

Los pupilos del holandés han tratado de mentalizarse en las reuniones que decidieron seguir manteniendo -a solas, sin perjuicio de reunirse luego con el entrenador- de que deben intentar resolver sus compromisos europeos desde el primer momento, sin dejarlo todo a la inspiración en el Bernabéu. La anterior temporada el Madrid ganó por segundo año consectivo la Copa de la UEFA, pero lo hizo gracias a actuaciones arrolladoras en su campo tras dejar una pobre imagen en sus salidas, en las que cosechó cinco derrotas -AEK de Atenas, Borussia de Moenchengladbach, Neuchatel, Inter de Milán y Colonia- y un empate, en Odesa, contra el Chernomorets.

Ésta es la gran obsesión de la plantilla madridista en su reencuentro con la Copa de Europa, que el club ganó seis veces, y también del propio Beenhakker. Los jugadores así se lo han planteado en sus últimas reuniones y el entrenador le ve de igual forma y aprovecha de paso para dejar caer que el equipo de Luis Molowny también tuvo problemas en su pasado año triunfal: "Yo sólo presencié un partido del Madrid en la Copa de la UEFA, el de Moenchengladbach; ahí vi un equipo flojo como bloque, muy relajado, algo que no me gusta. No se puede confiar sólo en los milagros del Bernabéu, que en fútbol se dan a veces, como marcarle el cuarto gol al Borussia en el último minuto y decidir así la eliminatoria. Tenemos que tratar de resolver desde el primer minuto nuestros partidos europeos".

Problemas

Beenhakker vuelve a tener problemas con la alineación. A la conocida baja de Maceda hay que unir las de Gallego y Valdano, sancionados por la UEFA, y la de Pardeza, que no pudo desplazarse a Berna por padecer anginas. Sí lo hizo Sanchis, recuperado ya de su grave lesión de la temporada anterior, pero no está en condiciones de salir desde el comienzo. Y aquí siguen con algunos problemillas Camacho, de garganta, y Gordillo a vueltas con su sobrecarga de abductores tras los partidos. Pese a todo, lo más probable es que jueguen Buyo; Chendo, Solana, Salguero, Camacho; Michel, Martín Vázquez, Juanito, Gordillo; Butragueño y Hugo Sánchez, con Agustín, Sanchis, Martos, Santillana y Mino de suplentes. A este último el entrenador le colocó en la habitación junto a Santillana, sin duda con la pretensión de que la veteranía del capitán sirva de valium a su afectado estado anímico por sus malas actuaciones y las bromas de Beenhakker.

El Young Boys no es un rival como para que el Madrid pueda temer sorpresas, ni siquiera hoy en el Wankdorf Stadion, de Berna, con capacidad para 55.000 espectadores. Es un conjunto éste de los jóvenes muchachos que ha ganado durante sus 88 años de trayectoria once veces la Liga y cinco la Copa. En la temporada precedente dio la sorpresa al imponerse a domicilio en el penúltimo partido liguero al Neuchatel, en el que se alinea el ex madridista Stielike, por 4-1, con lo que le arrebató el título.

El Young Boys sólo tiene tres jugadores profesionales: Siwek, un media punta polaco de nacimiento y nacionalizado suizo, el centrocampista sueco Prytz y el delantero danés Lunde, su gran estrella, de 22 años, traspasado ya al Bayern de Múnich por 64 millones de pesetas. En su plantilla figuran ocho oficinistas, dos electricistas, dos mecánicos, un inspector de seguros, un litógrafo, un publicista, un empleado de banca y un vendedor de automóviles.