Locos con licencia
Acabo de leer en EL PAÍS del jueves 3 de julio la noticia de la condena a seis años de prisión al policía nacional Francisco Vivas Castellanos por disparar a quemarropa, por la espalda y sin motivación alguna, al abogado Carlos Slepoy, que puede quedar paralítico de por vida. En dos años y medio o tres dicho policía quedará en libertad.El otro día fue condenado un guardia civil por matar a un muchacho que recogía caracoles a cinco años de cárcel.
Me parece que dos años y medio, o tres, efectivos de condena es un castigo ligero para un asesinato, lo cometa quien lo cometa, pero con mayor motivo si se trata de un miembro de las fuerzas del orden y con las armas que seguramente ha contribuido a pagar el mismo asesinado.
Sí, el policía nacional -sin duda pesimista- dicen que gritó después de disparar: "Te he perdido y me he perdido", pero a la vista del resultado del juicio me parece claro que el único perdido lo ha sido el abogado Carlos Slepoy, amén de todos los españoles que contribuimos a pagar la indemnización de 25 millones -muy justa por otra parte- que nos cuesta uno tan sólo de estos locos con licencia.
Así que está claro que, como contribuyente que soy, por la parte que me toca pagar de estas indemnizaciones, de la formación y entrenamiento y equipo de las fuerzas de seguridad, y por el riesgo que corro como ciudadano desarmado frente a todos los individuos que puedan existir en el seno de estos cuerpos y con estas características:
Exijo que se constituya un colectivo oficial, completamente autónomo, formado por equipos de psiquiatras y psicólogos y encargado de inspeccionar y con poder de autorizar o rechazar el acceso de los opositores a los cuerpos de seguridad del Estado a dichos cuerpos mediante las pruebas psicológicas y de comportamiento precisas -que las hay y muy efectivas-, así como revisar anualmente la salud mental de los miembros ya incorporados.
Porque si además de a los maleantes y terroristas debemos empezar a temer a los policías o guardias civiles que pasen por nuestro lado, apaga y vámonos, Constitución.-
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