La división de los aliados

LE MONDELa querella que comienza a desarrollarse entre Europa y Estados Unidos corre el riesgo de provocar un daño inmenso en la cooperación en la lucha contra el terrorismo. ( ... )Los ministros de Asuntos Exteriores de la Comunidad Europea que se han reunido el jueves 17 de abril en París, al margen de la reunión de la OCDE, han hecho bien, en este punto, al evitar cualquier declaración y aplazar este problema hasta el próximo lunes, en Luxemburgo. "Debe hacerse cualquier cosa para evitar una nueva acción militar", ha declarado sencillamente, al final de la reunión, Hans van den Brocke, ministro de Asuntos Exteriores de Holanda, la cual está actualmente en la presidencia de la Comunidad.

Puede verse en esta frase una velada crítica al ataque norteamericano contra Libia. Pero puede darse también una lectura distinta y llegar a la conclusión de que en el pasado no se ha hecho todo lo posible, por parte de numerosos países que habían esperado escapar al terrorismo mediante arreglos tan discretos como ambiguos, para prevenir que Washington recurriera a las armas.

La revelación de los malentendidos a ambos lados del Atlántico no debe hacer olvidar el origen de la crisis: la complicidad, comprobada numerosas veces, del coronel Gaddafi en las acciones terroristas.

Realmente, el dirigente libio no es el único en el mundo que ha recurrido a tales métodos, y existe una cierta hipocresía que debe compartir cualquier otro jefe de Estado de la zona, igual de eficaz, pero infinitamente más discreta en la dirección del terrorismo. Es cierto que Siria se beneficia de la protección del escudo soviético y guarda en Líbano unas cartas de las que no dispone el coronel Gaddafi... Sin embargo, estas consideraciones rio reducen en nada la responsabilidad de Trípoli.

18 de abril