Medidas de estímulo para relanzar la economía japonesa

Con un superávit de balanza comercial que roza los 50.000 millones de dólares, el Gobierno japonés ha decidido responder a las críticas de Estados Unidos y los países de la Comunidad Europea con la adopción ayer, en Tokio, de un paquete, en siete puntos, destinado a relanzar la actividad interna y liberalizar algo más la importación.Las nuevas medidas adoptadas por el Gobieno de Nakasone llegan, sin embargo, a sólo cinco días del encuentro en Washington, entre Nakasone y el presidente Ronald Reagan, en cuyo foro los litigios comerciales entre Japón y Estados Unidos ocuparán una parte prioritaria y a cuatro semanas vista de la cumbre de Tokio, que del 4 al 6 de mayo reunirá a los siete jefes de Estado o de Gobierno de las primeras potencias económicas del bloque occidental.

El Gobierno japonés espera que las nuevas medidas tendrán un efecto favorable en el contexto mundial, al flexibilizar la política monetaria (el yen se ha revalorizado en más del 30%, en relación con el dólar, desde el pasado mes de octubre), reactivar la demanda interna (con programas de trabajos públicos, estímulo a la adquisición de viviendas, rebajas en los precios del gas y la electricidad), reducir las tarifas a la importación de productos alimentarios, vigilancia de los precios sobre una lista de 37 productos importados y mayor atención en la ayuda a los países en vías de desarrollo.

Nakasone ha seguido las recomendaciones de un equipo de consejeros económicos que, tras varios meses de estudios, ha aconsejado reconvertir la economía nipona, basada en una casi perfecta máquina para la exportación, en una economía donde sea la demanda interna la que marque el ritmo.

Para algunos observadores, el nuevo paquete de medidas puede ser, una vez más, un ejercicio de orden político -ante la reunión con Reagan y frente a la cumbre de los siete-, más que un cambio de directriz en los fundamentos de la economía japonesa, basada en la exportación.