Calma

Ya sé que ustedes están hasta el colodrillo del tema de la OTAN. Que andan hartos, aburridos, irritados y algo perdidos. Digo yo que la gente de prensa contribuimos no poco a esta desmesura panotánica llenando los papeles de noticias al respecto. Vease, sin ir más lejos, esta tontería de columna. Claro está que el periodista es un ente particularmente proclive a las obsesiones; el periodista recibe un contagio directo de la clase política, que está fina, y, a poco que se descuida termina convencido de que su pluma puede salvar la patria. Admirable necedad en cualquier caso, pero más aún si tenemos en cuenta que la llamada patria no necesita ser salvada y que no se encuentra en una situación de peligro, sino de referéndum. O sea, que la cosa va de un tema concreto, de una pregunta, de un sí o un no, y se ha acabado. Tranquilidad, compadres, no es para tanto.No es como para lanzar miradas torvas y asesinas a personas hasta ahora queridísimas, a amantes, a ex maridos, al vecino del quinto o al tendero. Otrosí, me niego a tener que sentirme más entrañada con un compañero de intención de voto, que a lo mejor es un soplagaitas y un cenutrio, que con un oponente de la cosa, que quizá haya sido hasta la fecha un buen amigo. El mosqueo reina por doquier: contertulios que se descontertulian por momentos, veteranas parejas de mus que se pasan en masa al ajedrez porque en vez de hacerse guiños se insultaban, e incluso AP rompiendo con la banca, un amor tan puro y tan añejo por los suelos. Calma, colegas, calma.
En realidad todo este caos tiene sus aspectos positivos. Verbigracia, y como decía Umbral, el habernos enterado de la enorme cantidad de intelectuales que tiene este país. O el edificante ejemplo de tanta crisis pública de conciencia, de estos ejercicios espirituales que todos estamos haciendo, de esta revalorización de la sustancia ética. Y siempre queda, en fin, el placer postrero de la reconciliación, cuando todo esto haya pasado. O sea, cuando se me hayan enfriado estas bobas ansias de acuchillar a las hordas enemigas. Como verán, también yo estoy la mar de ponderada y de tranquila.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Robo de votos en Extremadura: la banda común que no quería asaltar la democracia
El Banco de México recorta la tasa de interés y la ubica en 7%
El alcalde de Algeciras se enroca en su cargo: “Lo cómodo sería irse, lo otro se sufre más”
La revista ‘Science’ enmienda la política antirrenovables de Trump: “EE UU no se beneficia de sus propias innovaciones”
Lo más visto
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado
- Irene Escolar: “Si la gente se droga es porque encuentra en ello una anestesia que necesita. Negarlo es absurdo”
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle




























































