Los ocho espías liberados en Berlín eran agentes de segunda categoría

Los ocho espías del Este y del Oeste liberados el martes junto con el disidente soviético Anatoli Charanski eran profesionales de segunda categoría cuyas carreras están ahora acabadas, según informaron ayer fuentes de los servicios secretos de Alemania Occidental. Las fuentes señalaron que el intercambio, el más espectacular de los últimos tiempos, demuestra una tendencia hacia el canje fácil entre los dos bloquescosa que puede aumentar la presencia en Occidente de agentes del Este.Los tres liberados por el Este son Dietrich Niestroj, de 50 años, y Wolf Georg Frolin, de 42 años, condenados en la República Democrática Alemana (RDA) a cadena perpetua por pasar secretos al Gobierno de Bonn, y el checoslovaco Jaroslav Jarolski, de 38 años, encarcelado en Praga por su implicación en una fuga a Occidente.

Los tres fueron entrevistados ayer en Múnich por los servicios secretos de la República Federal de Alemania (RFA) sobre las condiciones de su detención y encarcelamiento. Las cinco personas devueltas al Este son un matrimonio checoslovaco (Karl y Hanna Koecher), un soviético (Yevgeni Seniliakov), un polaco (Jerzy Kaczmarek) y un alemán oriental (Detlef Skharfenorth).

Ninguna de estas personas tiene futuro en el mundo del espionaje, según una fuente del espioneje de la RFA: "No se les volverá a dar empleo. Obviamente, no se les puede mandar de nuevo como agentes, y no suelen ser del tipo de personas que sirve para trabajar en las oficinas de espionaje. Recibirán nuevas identidades".

Los canjes de espías han aumentado en los últimos años, por lo que han disminuido considerablemente los riesgos para los agentes, según estas fuentes. Los expertos de la OTAN en Bonn coinciden en afirmar que los espías de segunda importancia reciben penas reducidas en Occidente, mientras en el Este ocurre todo lo contrario y que cuando se produce un canje, favorece al Este.