Galicia, el modernismo sarcástico

En el antroido coruñés reina, con el dios Momo y la algazara que parece inherente a los carnavales portuarios, el apropósito, una representación teatral y musical en clave de sátira que da un repaso al año recién terminado. Una tradición nacida casi con el siglo, que ayer cumplió su segundo año de recuperación.El apropósito, una conjunción de cuadros a menudo lanzados por números musicales, es la expresión más depurada del espíritu sarcástico del carnaval. Quizá por ello y porque es una destilación de las charangas callejeras, llegó a ser inmensamente popular a pesar de que su origen no lo fue.

El apropósito nació en los años veinte, con el auge del modernismo en La Coruña, de la mano de ciertos sectores funcionariales, caracterizados por su carácter liberal e intelectual.

Uno de los primeros autores fue Eladio Rodríguez González, que compaginaba esta crítica anual -en verso- a la actualidad con la elaboración del primer diccionario gallego. De la música y de la interpretación se encargaban compositores y autores locales. El apropósito decayó como acontecimiento y como género en la posguerra, como el resto del carnaval.

El pasado año, el Ayuntamiento de La Coruña encargó al músico Antón de Santiago, la elaboración del primer apropósito de la democracia, Tirolas a la mar. Este año ganó el concurso público Rogelio San Luis, con un libreto titulado Dios los cria y ellos... na Xunta.