Scarlatti en la capilla del Palacio Real

En la capilla del Palacio Real, y con asistencia de la reina Sofía, se celebró el jueves un homenaje a Domenico Scarlatti en el tricentenario de su nacimiento. La coincidencia de las conmemoraciones de Bach, Haendel y Scarlatti, que dio lugar al Año Europeo de la Música establecido por el Consejo de Europa, ha provocado en España una cierta recuperación de oratorios y óperas dicciochescas muy de elogiar que nos libra del provincianismo de los do de pecho, el aria bajada de tono y demás incidencias del mundo belcantista y melodramático.La obra religiosa del gran Domenico, mucho menos presente y mucho más conservadora que la creación para teclado, merece un cultivo más asiduo por las bellezas que encierra: obras como Stabat mater, Misa a cuatro voces o Salve Regina prestigian por sí solas a un compositor, tanto por el dominio de la escritura contrapuntística, como en la denominada Misa de Madrid, cuanto por la serenidad y dolidos acentos que evidencia la Salve Regina, última composición del músico, según rezan las partituras existentes en Nápoles, Berlín, Münster y Bolonia, manuscrito éste que ha servido para la versión escuchada ahora.

Copia instalada en la capilla