El servicio secreto francés, acusado de hundir el barco de Greenpeace

El presidente Mitterrand ha ordenado una investigación exhaustiva sobre la posible implicación de los servicios secretos franceses en el hundimiento del barco Rainbow Wárriior, de la organización ecologista Greenpeace, en el puerto de Auckland, en Nueva Zelanda. Los semanarios parisienses VSD y L'Événement du jeudi revelaron que miembros de la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE), el servicio de espionaje francés, organizaron el hundimiento del citado barco, el pasado 10 de julio, mediante un atentado en el que perdió la vida el fotógrafo portugués Fernando Pereira.

El buque ecologista tenía previsto encabezar una denominada Flotilla de la paz que iba a protestar contra las pruebas nucleares francesas frente al atolón de Muroroa. Según VSA el Gobierno galo había previsto efectuar su primera experiencia subterránea con una bomba de neutrones y el buque ecologista llevaba a bordo sofisticados equipos de detección capaces de descubrirlo.El primer ministro, Laurent Fabius, siguiendo órdenes directas de Mitterrand, ha ordenado la apertura de una investigación exhaustiva, nombrando para encabezarla a Bernard Tricot, antiguo secretario general de la Presidencia durante el mandato de Charles de Gaulle y actual consejero de Estado. El prestigio del personaje elegido, calificado unánimemente como "independiente", ha sido interpretado por la opinión pública francesa como una señal de la importancia concedida al caso por las autoridades francesas.

El hundimiento del Rainbow Warrior tuvo lugar la noche del 10 de julio a causa de dos minas magnéticas adosadas al casco. Dos días después, la policía neozelandesa encontró abandonados en una playa cercana al lugar del atentado un bote neumático y dos botellas de oxígeno para practicar el submarinismo, todo ello de fabricación francesa.

Poco después fueron detenidos Alain Jacques y Sophie Tuirenge, una pareja de europeos que viajaban con pasaportes suizos que resultaron ser falsos. El 26 de julio, el juez neozelandés les acusó formal mente de asesinato e incendio criminal. La policía busca también a la tripulación del yate Ouvea, que había sido alquilado en el puerto de Noumea, en la colonia francesa de Nueva Caledonia, y actualmente ha desaparecido.

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