Las autoridades checoslovacas impiden la visita de Juan Pablo II

La celebración del undécimo centenario de la muerte de san Metodio, el evangelizador de Europa central, ha causado un endurecimiento en las relaciones de la Iglesia católica y las autoridades checoslovacas al no confirmar éstas oficialmente la invitación del cardenal primado Frantisek Tomasek al papa Juan Pablo II para que visitara Praga con este motivo.

El año pasado, el cardenal Tomasek invitó al Papa para que asistiera el próximo mes de junio a las ceremonias que conmemoraban la muerte de Metodio, apóstol de los eslavos, junto a su hermano Cirilo. Ambos llegaron a Moravia, en el centro de Checoslovaquia, en el año 885, adaptaron el alfabeto griego a la lengua eslava, tradujeron algunos pasajes de la Biblia y pusieron los cimientos de la liturgia eslava.

La postura de las autoridades checoslovacas ha sido la de no hacerse eco de la invitación de Tomasek, con lo que, de hecho, le han negado el visado al Papa. El cardenal primado dijo desde su púlpito de la catedral de Praga: "Juan Pablo II no podrá estar entre nosotros a pesar de lo mucho que le hubiera gustado".

Más de dos tercios de los 15 millones de habitantes de Checoslovaquia son católicos y, desde la invasión soviética de 1968, se considera a este país como el que padece mayor persecución religiosa entre los de la Europa comunista.